lunes, 15 de junio de 2015

Homenaje a Eduardo Galeano


UPD, Tomo XIX

“La libre circulación del dinero ha ocupado el lugar de la libre circulación de las ideas”. En esa coherencia, la metódica vida de Eduardo Galeano se apagó el 13 de abril de 2015. Tres días antes, en la VII Cumbre de las Américas en Panamá, Raúl Castro, jefe de estado de Cuba, le dio la mano a Barack Obama, presidente de los Estados Unidos, y convocó al “respeto y la convivencia civilizada entre los dos países”. 

De este modo, el último gobierno socialista latinoamericano, que fue el motor de las luchas políticas de izquierda a mediados del siglo XX, le abrió las puertas al capital económico -y cultural- norteamericano. Esas ideas que Galeano denunciaba en la mayoría de sus pensamientos, finalmente, prevalecieron en la isla, paradójicamente, en los días de agonía del periodista uruguayo. 
Galeano falleció solo dos días después del
 acuerdo entre Cuba y Estados Unidos.

Galeano falleció a los 74 años en Montevideo: la misma ciudad en la que nació y se formó como un acérrimo escritor antiimperialista. Las venas abiertas de América Latina fue su primer éxito más allá de las fronteras del Río de la Plata: un libro fundamental en la historiografía de la región. No obstante, esta obra, de 1972, eclipsó al resto de su bibliografía, principalmente, a las publicaciones anteriores al best seller. 

La mayoría de ellas evocó a la coyuntura política de los sesenta como Guatemala, clave de Latinoamérica; Reportajes y China 1964, Crónica de un desafío. Esta última recopilación periodística recorre la estadía de Galeano en el Lejano Oriente con la idea de clarificar las diferencias entre el fenómeno soviético y el proyecto marxista-leninista encaminado por Mao Tse Tung, líder del Partido Comunista de China entre 1943 y 1976.

De la República Oriental del Uruguay a la oriental República de China

Con 23 años, a punto de cumplir una década dentro del periodismo, la expedición del montevideano se embarcó hacia el gigante asiático. Con los ojos abiertos, los oídos atentos y sin preconceptos en su cabeza, caminó por los cuatro puntos cardinales de la República Popular a gusto. Con años convividos entre las calles y  redacciones uruguayas, Galeano se convenció de que la crónica más jugosa no siempre está asociada a los nombres más rutilantes o los temas más conocidos. Por lo tanto, el escritor uruguayo descartó de raíz el itinerario de interlocutores que le proponían los colaboradores del Partido Comunista. 

No obstante, por más lugar recóndito y entrevistado insólito al que le dedicó su tiempo y energía, el rioplatense solo recolectó testimonios con ferviente apoyo al régimen de Mao y cuestionamientos hacia Moscú. Aunque sólo llegó a “una historia oficial” (la devoción por completo a la doctrina reinante), la riqueza de la descripción de esa China reside en la inconmensurable búsqueda y compromiso de Galeano por volcar sus vivencias, a la esfera política de América Latina, a través del seminario Marcha.        

Puyi, marxista, en los sesenta.
En la última parte del texto, el escritor detalla su diálogo con Fu Yi, el último emperador de la dinastía manchú. El chino asumió el cargo real antes de cumplir los tres años de vida en diciembre de 1908. Oficialmente, fue depuesto por la Revolución de Xintai, en febrero de 1912. Luego, obró como soberano títere de los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial. Tras ello, estuvo como prisionero durante los cincuenta y vivió sus últimos años como apasionado maoísta. 

La entrevista cruzó a dos hombres de izquierda, pero con conformaciones muy diferentes. Por un lado, Galeano, un rebelde que toda su vida estuvo en contra de un sistema perverso, quería propiciar el diálogo entre las distintas posiciones socialistas. El otro personaje era un egoísta que siempre se fijó en su bienestar personal, incluso con su patria en riesgo, y cuyas decisiones eran digitadas por su entorno.

El reconvertido Fu Yi siempre se aclimató al poder de turno. En el transcurso de su vida solo obedeció órdenes. La transgresión jamás fue una opción para él, en una época que se caracterizaba por fuertes cambios socioculturales. Por su parte, el periodista podría haber calificado al chino como un sujeto inmóvil, similar a la descripción que él hizo de su país. La tierra charrúa permaneció dominada durante casi cien años por una elite gobernante (Partido Colorado), gran responsable del “adormecimiento” de la población. Consecuentemente, Galeano, gran crítico de la estancada sociedad oriental, cultivó junto a políticos y militantes de la época el germen que vio crecer al partido no tradicional más importante de la república, el Frente Amplio.

El legado en papel

Así como Rodolfo Walsh, Galeano intentó, a partir de la prensa escrita, trasladar el imaginario de la izquierda no alineada hacia las masas. En Junio de 1962, sostenido por fondos de distintas voluntades políticas, surgió el diario Época. El matutino era ágil y plural porque tenía cinco directores distintos que rotaban esa función. Desde su colega Carlos Quijano hasta el anarquista Gutenberg Charquero. Este diario de Montevideo se mantuvo hasta 1967 cuando fue clausurado por el colorado Jorge Pacheco Areco. 

Su pasión primaria: el fútbol. 
La censura que vivió Época fue similar al aparato único de propaganda del gobierno chino, el cual estaba sistematizado e instalaba la idea única proveniente del relato oficial. Un proyecto impracticable en la esperanzadora Sudamérica de los sesenta.   
  

Buenos Aires fue el segundo hogar de Galeano, donde dirigió la revista Crisis. Este emblema cultural, que se extendió hasta 1976, no sólo fue exitoso por sus ventas (35.000 ejemplares), sino que también supo recoger los ruidos de la calle. El trabajo del uruguayo en Crisis le brindó un espacio a las voces jamás escuchadas. Esas voces que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local. 
RS, CM.

Apuestas de la semana

Por otro lindo verano en césped, Ale.
Las fijas: Argentina le gana Uruguay en la Copa América, Roger Federer gana el ATP 500 de Halle (Récord UPD: 18-18).

Las sorpresas: Alejandro Falla llega a cuartos de final en Halle, Colombia se queda afuera en primera ronda de la Copa América. (UPD: 13-19).

Jugale una fichita: Habrá séptimo juego en las finales de la NBA, empate entre Uruguay y Paraguay en la Copa América (UPD: 10-25).

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