lunes, 4 de mayo de 2015

UPD, Tomo XIII - Primera Parte

Con el profesionalismo, siempre

Lía:
      La semana pasada esta columna publicó un comentario sobre la relación entre La Cope y las empresas. Posteriormente, recibió muchas críticas ante la mal interpretación del parágrafo. UPD jamás estaría en contra de la profesionalización del artista/realizador creativo. Lo único que quería sostener es que, ahora, tu responsabilidad ante el público es mucho mayor al estar bancada por una empresa.

   En los dibujos de La Cope se nota el esfuerzo y las ganas de darle algo bueno a la gente, que está ávida de recibir material de calidad. UPD intenta, con sus imperfecciones, alcanzar eso que La Cope ya ha logrado. En esa construcción, te aseguro que desde este lugar nunca existió -ni existirá- la mala fe. Te mando un saludo y espero que sigas por esta buena senda que elegiste. Rodrigo.

La Cope, el viernes pasado.
Floyd, el eterno campeón

  De la frase "el fútbol es un deporte 11 contra 11 donde siempre ganan los alemanes" (de Gary Lineker) a la analogía directa con el boxeo y Floyd Mayweather Jr. Sin mucha holgura en el cuadrilátero ante Manny Pacquiao, -aunque sí en las tarjetas- el oriundo de Grand Rapids y amigo de Justin Bieber está en condiciones de autoproclamarse como el mejor de su época. Esta era del boxeo está dominada por Mayweather, quien es el dueño de un circo tan grande como su habilidad para esquivar los golpes de sus rivales.

Floyd de Las Vegas, el rey de los wélter.
  Tanto las tarjetas de los jueces, como la de la mayoría de los expertos y la de UPD coinciden en los fallos de los primeros seis rounds (Mayweather, Mayweather, Mayweather, Pacquiao, Mayweather, Paquiao) como los de los últimos dos asaltos, que se los llevó el campeón. La controversia gira entorno del séptimo al décimo round. Ahí, en un momento muy pasivo de Mayweather, la mayoría le dio tres rounds ganados al filipino y uno al estadounidense. El juez Dave Morelli, residente de Las Vegas, vio ganador a Mayweather en los cuatro, de allí el escandaloso 118 a 110, en comparación a los más medidos 116 a 112 de Glenn Feldman y Burt Clements.   

    En la transmisión, el relator de la Televisión Pública, Alejo Rivera, lanzó que el árbitro no le descontaría ningún punto a Floyd "ni sacando un revólver". Kenny Bayless fue quien impartió justicia el sábado y en la pelea anterior ante Marcos "El Chino" Maidana. Bayless en ningún momento se animó a descontar puntos: solo fueron advertencias en las dos peleas. En caso de enfermedad de Bayless, estará disponible para el próximo combate Tony Weeks, otro juez histórico de la Comisión Atlética del estado de Nevada, quien lo vio triunfar tres veces a Mayweather.  

  Míster Money le ha ganado a todos; a los últimos seis, en las tarjetas. De aquí hasta septiembre, cuando se retirará, se lo comparará con Rocky Marciano y el récord 49-0 de por vida, lo único que podrían tener en común estos dos luchadores. Mayweather quedará como lo mejor que los noventa vio nacer, pero también su legado se llevará la marca de un campeón odiado, que elegía hasta los guantes con los que peleaba su rival.


Las apostillas de Monsters of Rock

  Ozzy Osbourne, Judas Priest, Motorhead y los heavysaurios fueron algunas de las bandas que pasaron por el escenario principal de Ciudad del Rock el sábado ante más de 35 .000 personas. No obstante, hubo algunos sucesos de color, con poca relación con el heavy metal.

San Lorenzo - Vélez, en medio de Motorhead: mientras Lemmy Kilmister, cantante del grupo, le costaba, por su débil salud, mantenerse en el escenario, el relato del partido en el Nuevo Gasómetro apareció en los parlantes del recital. Los silbidos no tardaron en llegar y esta (probable) última aparición del grupo en el país se vio interferida por la transmisión del partido de una radio AM.

La valla que dividió a los ricos de los no tan ricos
en el recital del sábado en Villa Lugano.
El negocio de la Coca-Cola: los puestos en el recital estaban concesionados a varias empresas. El precio de la bebida no era fijo. El cocacolero la ofrecía por 40 pesos, al igual que los vasos de medio litro de los vendedores de hamburguesas. A una botella grande de 2,25 litros de bebida gaseosa se le sacaba un rédito de 300 pesos.

El desencanto por el VIP: UPD desliza por sus líneas la premisa de que el sistema económico reinante intenta estratificar a la sociedad, sin importar las pautas culturales que se manejen. La mayoría del público del heavy metal rechaza la idea de un campo VIP, que recorría todo el escenario. Por lo tanto, los intentos de saltearse las vallas que dividían al público fueron muchos. En una de ellas un fanático abrió una puerta: 50 personas lograron colarse al Campo VIP antes de la performance de Ozzy.  

Pizzería en el radar: Squzi


"Sabor al molde": lo único que faltó
en la visita a Squzi.
Pizza: una porción de muzzarella con jamón y una de espinaca (ver "atención"). La primera pieza no distaba mucho de lo que se puede conseguir en una humilde pizzería de barrio. La muzza era muy grasosa y las fetas de jamón, desordenadas, sobrecocidas en las puntas. La de espinaca tenía la verdura muy lavada, como si no estuviese condimentada. La masa estaba en su punto justo: bien dorada y esponjosa. Puntaje: 1/3 UPD.

Atención: el pedido de la porción de espinaca fue adrede: el maestro pizzero no contaba con ese gusto en el mostrador y tuvo que buscarlo en el horno número 2. Los meseros están atentos, el ticket es legible y el diálogo con los empleados es amigable. Puntaje:  2/3 UPD.

Precios: porción de muzzarella, $12; espinaca, $13; fugazzeta, $16. Gaseosa, $21; chopp de cerveza, $27; moscato, $25. Puntaje 2/3 UPD. 

Higiene: el salón es muy limpio y organizado. Los meseros limpian la barra cuando un deja de comer. Los baños, con un aroma agradable, tienen jabón liquido y secador eléctrico. Puntaje: 3/3 UPD.

Servicios: tiene Salón, Barra y Delivery. Puntaje: 3/3 UPD.

  Gran clima, buena música y buen trato. A pesar de las porciones discretas, Squzi alcanza el primer lugar en la Escala de Pizzerías Examinadas. Puntaje total: 11/15 UPD.

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